jueves, 15 de diciembre de 2016
Quiero dedicar estas páginas a un grupo de mujeres que decidieron dedicar sus vidas a Cristo.
En la España de las postguerra, en los duros años 50, un grupo de jóvenes descubrieron su pasión por el Amor a Cristo, encarnado entre los más pobres y necesitados.
En torno a las gentes que malvivían en el Puente de Toledo madrileño, se conformó la Congregación de las Misioneras de Jesús, María y José. Su carisma: vivir entre los pobres, como pobres para servir a los pobres como signo del Amor de Dios.
Alguien conmovido por esta misión les regaló un vehículo, un JEEP que, muy pronto, les hizo más llevaderas sus tareas, a la vez que más conocidas. A la ingente y sacrificada misión que realizaron, a su homenaje y al recuerdo especial de una de ellas ( la Hermana María Elena ) dedico este espacio.